sábado, 19 de diciembre de 2009

Sal




Estaba
Pero tu reloj de arena
No podía retener mis burbujas,
Aquí el pasado se asemeja a una fiebre en el pecho,
A una oscuridad que se dilata,
A una mano intentando masturbar una criatura sin memoria.
El frío triunfa sobre mi espíritu
No poder conciliar el sueño
Esperando, ansioso,
Un regocijo que se escapa de mis labios.
En esta cueva el futuro es una cara lastimada,
Una tormenta perenne,
Una ameba en el barro
Sin mar.
Se destruye
La pared se llena de humedad
La pintura se cae a pedazos
Ya sin maquillaje
El presente
Un abismo
Traicionero
Que me deja caer
Y no me sujeta.