El escarabajo se interna en la niebla
Las arañas no paran de llover,
Ya llego la pleamar a su pared blanca
Y se escurre entre sus dedos
Toda la seda virgen
Todo el jarabe dulce y espeso
Mientras en su sillón
Los almohadones se vuelven nubes
Y sus párpados, Ángeles sonrientes.