(reflexiones desde Antartida)
conclusión;
ego intenta
dejar rastros para no ser olvidado
luego
se amalgama a la memoria universal
y ya no tiene
nombre
tengo
cientocincuenta años
soy
cientoveintiséis fragmentos
cientoveintiséis sobrevivientes
(no)
tal vez
tengo mil quinientos años
y soy
una partícula
que se disuelve en el
laberinto